Tras recorrernos todo el Madrid de los Austrias por la mañana, para reponer fuerzas acudimos a un establecimiento localizado en el número 19 de la Calle Cruz: El Jardín Prohibido. Aunque dispone de restaurante, para aprovechar mejor el tiempo, compartimos una raciones en una mesa junto a la barra.
Nos comimos unos buenos huevos estrellados con chistorra, que nos ayudaron a entrar en calor, una buena ración de morcilla con pimientos de Padrón, y una deliciosa tosta de calamares con ali oli.
El bar no era nada del otro mundo, pero estaba tranquilo, nos atendieron correctamente, comimos bien y no nos salió nada caro.
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